IBAGUÉ. Sin ‘billullo’ para irme de compras, me fui a cotizar unos ‘corotos’ que quiero el día de mis cumpleaños, para ir haciendo una lista de las maravillas que merece este cuerpito en sus diez primaveras. Al cruzar por el semáforo de la calle 60 con carrera Quinta, me antojé de una de las frutas que hace más de 12 años se comercializan en esta esquina y ‘ni quieto ni perezoso’, le ‘eché muela’ a tres atados de mandarina. Sentado en el anden, comencé a escuchar el relato de mis dos nuevos amigos.
Historia. Aunque le gustan las labores de construcción, a Jhonatan Huertas le tocó hace dos meses, ponerse a limpiar vidrios cuando la obra se puso ‘negra’, pues debe alimentar a su bebé y esposa que lo esperan en el barrio Las Delicias. Después de hacerle aseo a cerca de tres carros cada 50 segundos, en el intermedio en el que el semáforo cambia del ‘color de su esperanza’, a rojo. Así mismo, encontré a Fernando Navarro, quien hoy está en Neiva porque salió ‘achantado’ de Ibagué. Me dijo que en 12 horas de estadía en ‘la musical’, todo había sido un ‘fiasco’ porque mucha gente lo trató mal cuando el exhibió sus malabares en el semáforo. Fue entonces que pensé, que mi mejor regalo de cumpleaños, este 11 de diciembre será, seguir compartiendo con ‘mi gente’ sus historias.